Los representantes franceses que Rumania ve como su gran azote durante la crisis por las deportaciones de gitanos, el ministro de Inmigración, Eric Besson, y el secretario de Estado para Asuntos Europeos, Pierre Lellouche, están en Bucarest de visita oficial. Nada más aterrizar, Lellouche ha anunciado que exigirá al Gobierno rumano "un plan urgente para integrar" a los ciudadanos rumanos gitanos, incluidos los últimos expulsados, además de cooperación policial y judicial, según informa la agencia France Presse. Esta comunidad suma unos dos millones de personas, como el 10% de la población del segundo país más pobre de la UE.
El emperador de los gitanos rumanos, Iulian Radescu, comparó el miércoles al presidente francés con un líder pro-nazi de la Segunda Guerra Mundial. "Sarkozy está haciendo lo mismo que hizo Antonescu", que deportó a 25.000 gitanos rumanos. Cientos de miles de personas de esta etnia murieron durante el Holocausto. Cientos de gitanos están pagando "por los crímenes de unos pocos", dijo Radescu a Associated Press.
La agenda de la visita incluye reuniones de la delegación francesa con el primer ministro, Emil Boc, del centro-derecha, y con los ministros de Exteriores, Teodor Baconschi, y del Interior, Vasile Blaga. La parte rumana ha anunciado que insistirá en reclamar el respeto estricto del derecho a la libre circulación de sus ciudadanos. El Gobierno rumano sigue en su línea de insistir en que la integración de los gitanos es un asunto que debe ser abordado desde una perspectiva europea que se sume a los esfuerzos nacionales de los países de origen y de destino. Los planes rumanos para integrar a su minoría gitana, la más despreciada y marginada de las varias que viven en el país, han tenido escaso o nulo impacto, no han mejorado sus nefastas condiciones de vida, según coinciden las ONG que trabajan con esta comunidad.
Rumania se vio sorprendida este verano cuando Francia anunció a bombo y platillo el desmantelamiento de campamentos gitanos ilegales y la deportación voluntaria (a cambio de 300 euros por adulto y 100 por niño) de un millar de personas a Rumania y Bulgaria. Estas expulsiones no son algo nuevo, pero se suelen hacer sin alharacas.
Sursa: http://www.elpais.com/
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