Hay nueve millones de gitanos en la Unión Europea, lo que les convierte en la minoría étnica más numerosa. Desde que hace cinco siglos llegaron al Viejo Continente, según algunos procedentes de India, la persecución y la discriminación les han acompañado en su búsqueda de asentamiento.
Ahora, los gitanos rumanos y búlgaros son el blanco de algunas de las decisiones más controvertidas para controlar los movimientos migratorios irregulares. En las últimas semanas, el Gobierno de Sarkozy ha desterrado de territorio francés a miles de gitanos, una decisión que tropieza con los principios que rigen la convivencia entre ciudadanos de la Unión Europea. Hoy, el Parlamento Europeo se pronunciará acerca de la política gala.
"Las situaciones racistas acaban radicalizándose y no se sabe cómo pueden terminar"
El director del Instituto de Cultura Gitana, Diego Fernández, no duda en calificar lo que está sucediendo en el país vecino como "uno de los episodios más racistas desde la II Guerra Mundial", y no oculta su temor a que la situación pueda extenderse a otros estados. "Las posiciones racistas acaban radicalizándose ya que se sabe cómo empiezan, pero no cómo terminan. En algunos países, como Hungría y Austria, no ha habido expulsiones, pero sí episodios racistas".
El subdirector de Acción Institucional y Desarrollo de la Fundación Secretariado Gitano (FSG), Humberto García, insiste en que la solución no pasa por deportar, sino "por propiciar medidas de inclusión. Además, hay que presionar al Gobierno rumano para que mejore las condiciones de la población roma en su país y no se vean obligados a emigrar".
García, que con la FSG ha trabajado dos años en Rumanía, matiza que "en ese país hay más de veinte grupos gitanos tradicionales, con distintos niveles de formación e integración social. Hay colectivos que viven situaciones de exclusión severa; en unas condiciones de salud, trabajo, educación y vivienda lamentables. Por ello, desde las instituciones europeas hay que plantear seriamente al Gobierno rumano que tiene que tomar medidas para paliar la situación de este colectivo".
El ejemplo de España
Históricamente, la comunidad gitana ha sido la que más rechazo ha suscitado entre la sociedad, muy por encima de otros colectivos, un hecho que se explica "por los estereotipos que se instalan en la sociedad y que son muy difíciles de erradicar".
"Europa debe presionar a Rumanía para que mejore las condiciones de la población roma"
Sin embargo, tanto Fernández como García coinciden en que las políticas adoptadas en nuestro país después de la Transición han permitido la relativa normalización de los gitanos. "En España las políticas efectuadas han sido las correctas. Es uno de los países europeos que más invierten en este apartado, aunque estas ayudas han descendido debido a la crisis", dice Fernández.
Con todo, el pueblo romaní aún debe superar importantes escollos, como es el de la educación, dado que "sólo el 20% de los gitanos que empieza la ESO concluye sus estudios, y los datos son inferiores en niveles educativos superiores. La educación es fundamental para progresar", subraya el subdirector de FSG.
Perfil laboral
- El 70% de los gitanos mayores de 15 años son analfabetos.
- El 52% de los gitanos ocupados son asalariados frente al 81,6% de la población española trabajadora.
- La tasa de temporalidad entre los gitanos es del 71% frente al 31% de la población activa.
- El 25% de los calés declara que 'colabora con la actividad económica familiar', una situación que no está normalizada.
Francia copia a Italia
Italia parece ser el espejo en el que ahora se mira Francia. A finales de 2007, el presidente Giorgio Napolitano firmó un decreto urgente para tratar de frenar la ola de hechos delictivos que habían protagonizado inmigrantes rumanos. El criterio para decidir la expulsión de estos ciudadanos fue entonces "la peligrosidad social del individuo, establecida no solamente revisando sus antecedentes penales, sino también su nivel de vida y, por lo tanto, su capacidad de mantenerse". La Comisión Europea frenó esta iniciativa.
Tres años más tarde, y tras reconocer que el país galo ha "copiado a Italia", el ministro italiano del Interior, Roberto Maroni, perteneciente al partido separatista Liga Norte, ha señalado que ha llegado el momento de dar un paso más. Así, ha hablado de la posibilidad de "expulsar a ciudadanos comunitarios, como sucede con los inmigrantes clandestinos, no de repatriaciones asistidas y voluntarias". Esta medida sería válida sólo para los inmigrantes comunitarios que "violasen la directiva que establece los requisitos mínimos para aquellas personas que viven en otro estado miembro: renta mínima, residencia adecuada y no estar a cargo del sistema social del país que les acoge".
Sursa: www.expansion.com
Comentarii
Trimiteți un comentariu